jueves, 12 de junio de 2014

Queridos jóvenes...


Estas líneas pretenden sembrar una idea en todas las personas, y en especial, en los jóvenes. Hay conciencia de que el futuro que se deja ver puede ser infértil y, esforzarse, parece resultar insuficiente. A pesar de ello, hay que aplicarse el dicho: “de lo que siembres hoy, recogerás mañana”.  De este modo, estas palabras quisieran ser la ayuda que aporte la semilla hacia el cambio.

Hace años la juventud se consideraba un divino tesoro, sin embargo, hoy han cambiado las circunstancias, ser joven “no mola”. Los problemas económicos mundiales, se han convertido en los problemas personales de la mayoría de los hogares. El grifo de mamá y papá no da ni gota y el del trabajo solamente vierte un hilo de empleos precarios. No es de extrañar que la confianza se pierda, eso convierte a la juventud en la víctima económica del momento, pero realmente lo somos todos. Los mayores también lo están pasando mal, porque no pueden dar más de lo que ofrecen y, aún así, se les exige.


¿Y qué podemos hacer? Debemos elegir, mojarnos. Lo hacemos en todos los aspectos de nuestra vida: la ropa que llevamos, nuestros estudios, nuestra pareja, lo que comemos… Pero hay temas en los que permanecemos indiferentes, aunque son esos los temas que condicionarán nuestra vida; nuestro futuro. Por ello, tan importante como las elecciones del día a día, es elegir a nuestros representantes. El pasado 25 de mayo, día de las elecciones al Parlamento Europeo, además de registrarse una baja participación en general, la participación del electorado más joven fue realmente baja. Todos comprendemos que dejar de votar significa dejar que los demás decidan por uno mismo el contexto socio-político en el que se construirá nuestro futuro. 

Creemos que no es momento decirte qué hacer, sólo queremos mostrarte la herramienta para cambiar. Vota.

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